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Fuente de la información: Dra Silvia Kochen

La epilepsia constituye una enfermedad que afecta a 1 de cada 200 personas. Desde inicios de este siglo se conoce con bastante precisión qué es lo que ocurre una vez que una persona tiene epilepsia. Todas las células del organismo poseen la capacidad de generar actividad eléctrica, ya sea excitatoria o inhibitoria. En el caso que una persona tenga epilepsia, las células ubicadas en la corteza cerebral desarrollan una actividad con predominio de la excitabilidad. Así, cuando en algún momento de esta actividad se propaga a las otras áreas del cerebro, se produce la “crisis” o “ataque” de epilepsia, luego predomina la actividad inhibitoria de las células y se termina la crisis. Un “ataque” dura desde 1 segundo a 5 minutos como máximo; todos los síntomas que se pueden observar en una crisis, o que el paciente experimenta, se deben al sitio de origen y a la propagación de la descarga epiléptica. El paciente puede o no tener alteración de la conciencia, puede presentar actividad “automática”, es decir movimientos involuntarios muy elementales como subir o bajar las manos, mover los pies, decir algunas palabras, etc.; pero en ningún caso el enfermo puede realizar alguna actividad de mayor complejidad que las descriptas. Cuando la propagación de la descarga es mayor, el paciente presenta, además de la pérdida de conocimiento, caída, hipertonía y sacudidas de todos los músculos del cuerpo. En todos los casos la recuperación es total, sin quedar secuela alguna de la crisis. El diagnóstico se basa fundamentalmente en las características clínicas de las crisis, apoyándose luego en el electroencefalograma, que nos brinda información complementaria en un 60% de los casos. También ya va a ser casi un siglo que sabemos que tener epilepsia no provoca alteraciones en la conducta del paciente; que no existe ninguna personalidad específica; que tampoco la enfermedad es responsable de alteraciones en la esfera cognitiva. Asimismo, sabemos que alrededor del 80% de los pacientes con epilepsia tienen una muy buena evolución, pudiendo dársele el alta a la mayoría. También sabemos que los pacientes con epilepsia tienen en muchas ocasiones afectada su calidad de vida, no a consecuencia de la enfermedad, sino por la discriminación y los prejuicios a los que se ven sometidos por parte de la sociedad. Sin duda, en la inmensa mayoría de los casos dichos conceptos son producto de la ignorancia y la desinformación. No obstante, la desinformación y errores que aún se pueden observar en diferentes niveles de la sociedad, dejan un espacio libre para reinstalar mitos con respecto a la epilepsia y a las personas que la padecen. Y esto, de por sí, prefigura una conducta discriminatoria que nos retrotrae a épocas que creíamos superadas. Convencidos de que el trabajo realizado por los profesionales del CME, junto con los coordinadores de los Grupos de Autoayuda, resulta un aporte a la comunidad, continuaremos como siempre, con la responsabilidad y la alegría de saber que cada día tratamos de hacer las cosas mejor. Dra. Silvia Kochen EXPLICANDO LA EPILEPSIA. a) ¿Qué es la epilepsia? El cerebro es una estructura altamente compleja, compuesto por millones de células nerviosas llamadas neuronas. Generalmente, su actividad está organizada y posee mecanismos de autorregulación. Las neuronas son responsables de una amplia gama de funciones, incluyendo la conciencia, los movimientos y las posturas corporales. Una repentina interrupción temporaria en alguna o todas estas funciones, puede ser llamada CRISIS. Esta puede ser causada por desórdenes crecientes dentro del cerebro (causa intrínseca) o más raramente, por un factor externo como la falta temporaria de oxígeno o glucosa. Mucha gente tiene una crisis simple en algún momento de su vida, pero eso no constituye ‘la epilepsia’. Si un individuo tiene una tendencia a repetir crisis debido a una alteración intrínseca de la función neuronal, entonces el término EPILEPSIA puede ser usado con propiedad. No siempre resulta fácil dar una explicación para cada caso, sobre la causa de la crisis. Las epilepsias, afectan a diferentes personas de maneras diferentes. b) ¿Qué causa la epilepsia? El cerebro dé toda persona puede generar una crisis si existen ciertas condiciones. Pero la mayoría de los cerebros tiene alta resistencia a las crisis. En cada persona varía esta resistencia a las crisis, lo cual es parte quizás, de sus características genéticas. Una persona con baja resistencia podría desarrollar la epilepsia espontáneamente, sin que otros factores estén involucrados. A veces una predisposición a las crisis podría detectarse en algunas familias donde vanos miembros están afectados. En ciertos individuos la resistencia a las crisis puede ser dañada si el cerebro está sujeto a estimulaciones inusuales, como las luces intermitentes o ciertas drogas, o bien si es dañado. Si el daño es severo (ej. un accidente automovilístico, accesos febriles, problemas de nacimiento, golpes o tumores) entonces la epilepsia puede aparecer como consecuencia. Muchas personas atribuyen el origen de sus crisis a eventos relativamente menores, como a un golpe en la cabeza o un desorden emocional. Sin embargo, hasta la fecha no es posible demostrarlo. c) ¿Cuánta gente tiene epilepsia? La epilepsia es la alteración más común de las enfermedades neurológicas graves que afecta a todas las edades. Se considera que existe una prevalencia que oscila entre el 4 al 10 per 1000 La epilepsia puede afectar a cualquier persona, aparece a cualquier edad, sin distinción de sexo, raza, o clase social. Las crisis tienden a aparecer en la infancia o en la adolescencia tardía, pero la incidencia aumenta nuevamente después de los 65 años de edad. d) ¿Cómo se realiza el diagnóstico de epilepsia? La mayoría de los síntomas que ocurren durante una crisis epiléptica, no presentan signos físicos. El diagnóstico está basado en una historia que cuenta con más de una crisis epiléptica. Un testigo ocular preciso es crucial para hacer un correcto diagnóstico, tanto o más que la persona que experimenta la crisis, si esta no registra lo sucedido. La realización de estudios diagnósticos va a dar información adicional sobre la epilepsia: E.E.G. (electroencefalogramas), Video-EEG, Tomografía Computada, Resonancia magnética Nuclear, dosaje en sangre de la medicación antiepiléptica. e) ¿Hay diferentes tipos de epilepsia? La epilepsia puede adoptar diferentes formas, y la dividimos en dos grandes categorías: IDIOPATICA (origen desconocido): en este caso no hay una causa clara para la epilepsia y se presume que predominan factores genéticos. En general se acompaña de discapacidad, y el E.E.G. es un recurso útil para completar el diagnóstico de las crisis. La respuesta a un tratamiento con medicamentos antiepilépticas suele ser bueno. SINTOMATICA (se conoce el origen): ésta aparece como resultado de alguna anormalidad estructural en el cerebro, tanto desde el nacimiento como en momentos posteriores. La respuesta al tratamiento varía según las personas. f) ¿La epilepsia puede ser tratada? Sí, pero el éxito depende de muchos factores: el tipo de epilepsia, la exactitud en el diagnóstico y tratamiento, y el cumplimiento por parte del paciente. Con un apropiado tratamiento, las crisis pueden ser completamente controladas, en la mayoría de la gente. También se puede plantear el tratamiento quirúrgico para algunos pacientes.

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