Evitar la sobre protección .
Un problema importante para los niños con epilepsia son los esfuerzos bien intencionados de los adultos para protegerlos de cualquier daño.
Los padres pueden limitar la participación de los niños en las actividades usuales de la niñez por temor a que un ataque se produzca durante la actividad, o que el esfuerzo de alguna manera inducir una convulsión.
Esto es lamentable por varias razones. La actividad física vigorosa no se asocia generalmente con un mayor número de ataques, de hecho, los estudios sugieren que menos ataques se producen cuando el niño promedio está activo.
En segundo lugar, el niño es excluido de las experiencias que le ayudaría a desarrollar habilidades sociales y autoestima. Esta sensación de ser diferente, de ser incapaz de unirse a lo que están haciendo otros, alienta la dependencia en el niño y lo mantiene socialmente inmaduros.
La experiencia de la escuela ofrece al niño con epilepsia una oportunidad única para salir de este patrón de exceso de protección y aislamiento. Siempre que sea posible, se debe alentar a participar en todas las actividades escolares.
Una cuidadosa supervisión es necesaria cuando un niño que aún tiene algunos ataques hace la natación o gimnasia, pero con los cuidados apropiados estas actividades pueden llevarse a cabo de manera segura.
Debemos permitir que nuestros hijos sean independientes porque son: personas con una vida propia,NO les quitemos lo que por derecho les corresponde: VIVIR como todos.
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